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Mi nombre es Marie Hélene Miribel, pero todos me llaman simplemente Petit. Decidí seguir mi corazón y dejar una exitosa vida corporativa por el Valle Sagrado de los Incas, para vivir mi sueño de mejorar el futuro de algunos de los niños más pobres del mundo. En mi esposo Franz encontré el complemento perfecto; yo tengo toneladas de ideas para educar a estos niños, y él las habilidades para construir estos sueños audaces y hacerlos realidad.
En 1999 empezamos un proyecto educativo para niños locales. Muchos de ellos caminaban cada día durante horas para llegar a colegios que estaban, por si fuera poco, en malas condiciones, o simplemente no asistían a la escuela. Trabajar dentro del tejido social existente fue invalorable para comprender las realidades de los colegios y de las familias en los alrededores del Valle Sagrado. A fin de financiar nuestras iniciativas educativas de la manera más económicamente sostenible, dado el potencial turístico del Valle Sagrado en el 2000 decidimos construir un hotel.
Poco a poco, Franz y yo comprendimos que lo más eficaz sería fundar nuestra propia escuela. En el 2009 abrimos el Colegio Intercultural Sol y Luna, donde actualmente estudian nuestros hijos Thomas y Melanie, junto con 185 niños del Valle Sagrado.
Nuestra generosidad hacia los huéspedes de Sol y Luna nace de lo que les damos a los niños del Colegio Intercultural Sol y Luna. Es un círculo virtuoso.
La clave de nuestro éxito en Sol y Luna es la gente. Todos los que trabajan aquí anhelan cuidar de nuestros huéspedes, motivados por el concepto andino del ayni (‘reciprocidad’ en quechua, el idioma local), que hace énfasis en la interdependencia.
Al ser parte del Valle Sagrado invertimos en el desarrollo de esta comunidad a través de un modelo claro y sostenible. Ofrecemos a los huéspedes del hotel Sol y Luna experiencias auténticas e inolvidables, entre aventuras cargadas de adrenalina y la vida cultural única del Valle. En efecto, viajar no es simplemente trasladarse de un lugar a otro; en su mejor expresión es generar la oportunidad de abrir nuestros corazones, y así cambiar muchas vidas en el camino.
Es una institución civil sin fines de lucro financiada en su integridad por las ganancias del hotel, además de las contribuciones voluntarias de huéspedes, amigos y benefactores. La Asociación Sol y Luna sostiene al Colegio Intercultural Sol y Luna, además de cuatro hogares temporales para nuestros alumnos que bajan de las comunidades de altura. Asimismo proporciona capacitación y empleo sostenible a miembros de la comunidad.
Dándoles a los niños el derecho a una educación que cambie sus vidas.
Sembrando en cada niño la curiosidad acerca del mundo y apoyándolos en la realización de sus sueños.
Incentivando la risa y el juego mientras promovemos la salud y el bienestar.
Gracias por visitarnos, en este momento estamos actualizando nuestra disponibilidad, por favor remite tu requerimiento a reservas1@hotelsolyluna.com
En breve ofreceremos nuestro calendario con la disponibilidad en línea.
Disculpas por la incomodidad.