Hospedaje

Cada una de estas cuarenta y tres casitas está rodeada de jardines rebosantes de la flora nativa del Valle Sagrado. Todas tienen vista a las montañas de los Andes, donde los Incas creían que habitaban sus dioses.

Dentro de cada uno de estos refugios privados una terraza exterior conduce al espacio de estar, con techos altos y piso de ladrillos pasteleros, adornado con textiles peruanos, algunos de nuestros artefactos favoritos del Valle Sagrado y muebles de estilo colonial español. Podrán descansar en una acolchada cama king size o dos camas de dos plazas, tendidas con edredones de plumas de ganso y sábanas de algodón pima peruano de primera calidad. En la tina del espacioso baño de mármol se sentirán como en casa.

Y está, por supuesto, el arte. Cuando conocí a Federico, hace muchos años, me fascinaron sus esculturas fantásticas y vibrantes de flores y animales andinos. Federico ha creado un mural original para cada casita inspirándose en el Valle Sagrado de los Incas. Muchos de estos murales incluyen sus particulares piezas tridimensionales. Puedo ver cómo su arte transforma los rostros de los huéspedes, con sonrisas que no se desvanecen, y adoro cómo su trabajo hace sentir a la gente cada vez que se encuentra con sus piezas en Sol y Luna.